Qué es ácido fólico OMS

Qué es ácido fólico OMS

El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es un nutriente esencial que desempeña un papel fundamental en la salud humana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo incluye entre las vitaminas hidrosolubles que son indispensables para el adecuado desarrollo celular y el correcto funcionamiento del organismo. Este artículo se enfoca en el ácido fólico desde la perspectiva de la OMS, abordando su importancia, funciones, recomendaciones nutricionales y su relevancia en la salud pública.

¿Qué es el ácido fólico según la OMS?

El ácido fólico, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una vitamina del complejo B esencial para la síntesis de ácidos nucleicos, como el ADN y el ARN, y para la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. La OMS destaca su papel crítico en la prevención de defectos congénitos del tubo neural en bebés, especialmente durante el primer trimestre del embarazo. Además, este nutriente participa en procesos metabólicos como la conversión de aminoácidos y la regulación de la homocisteína, un factor de riesgo cardiovascular.

Un dato histórico interesante es que el ácido fólico fue aislado por primera vez en 1941 por el bioquímico estadounidense Lucy Wills, quien lo identificó como el factor que ayudaba a prevenir la anemia en embarazadas. Fue oficialmente nombrado ácido fólico en 1947, en honor a la legumbre *folium* (hoja), de donde se obtuvo por primera vez.

El déficit de ácido fólico puede provocar anemia megaloblástica, fatiga, depresión y, en embarazadas, un mayor riesgo de complicaciones durante el parto y defectos en el desarrollo fetal. Por esta razón, la OMS lo incluye en sus recomendaciones de suplementación preconcepcional y durante el embarazo.

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El rol del ácido fólico en la salud pública

La Organización Mundial de la Salud ha reconocido el ácido fólico como una herramienta clave en la prevención de enfermedades no transmisibles y en la promoción de una nutrición adecuada. En muchos países, especialmente en regiones con altas tasas de desnutrición o acceso limitado a alimentos ricos en vitaminas, la OMS ha impulsado programas de fortificación de alimentos con ácido fólico. Un ejemplo notable es la fortificación de harinas de trigo, una medida que ha ayudado a reducir el número de nacimientos con defectos del tubo neural en un 40% o más en ciertos contextos.

Además de la prevención de defectos congénitos, la OMS también destaca la importancia del ácido fólico en el manejo de la anemia durante el embarazo y en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Al reducir los niveles de homocisteína en la sangre, contribuye a disminuir el riesgo de accidentes cerebrovasculares y enfermedad arterial coronaria. Por esta razón, su consumo adecuado es considerado un pilar fundamental en las estrategias de salud pública.

Suplementación y recomendaciones de la OMS

La OMS recomienda una suplementación específica de ácido fólico para ciertos grupos de la población. En el caso de las mujeres en edad fértil, se sugiere una dosis diaria de 400 microgramos, idealmente antes del embarazo y durante el primer trimestre. En países con altos índices de defectos del tubo neural, la dosis puede aumentarse a 4 mg diarios. Para embarazadas en general, la OMS recomienda una suplementación de 400-800 microgramos por día, dependiendo de los factores de riesgo individuales.

En cuanto a la población general, la OMS promueve la ingesta de alimentos naturales ricos en ácido fólico, como las hojas verdes (espinacas, acelgas), frutas cítricas, legumbres y cereales integrales. Sin embargo, en muchos contextos, la suplementación es necesaria para garantizar niveles óptimos, especialmente en mujeres en edad reproductiva.

Ejemplos de alimentos ricos en ácido fólico según la OMS

La OMS promueve la diversificación de la dieta para asegurar una ingesta adecuada de ácido fólico. Entre los alimentos destacados por su alto contenido de esta vitamina se encuentran:

  • Espinacas: 1 taza (al vapor) contiene alrededor de 263 microgramos de ácido fólico.
  • Lentejas: 1 taza contiene aproximadamente 358 microgramos.
  • Judías verdes: 1 taza contiene unos 130 microgramos.
  • Frutas cítricas: Naranjas, mandarinas y toronjas son buenas fuentes.
  • Cereales fortificados: Muchos países fortifican con ácido fólico los cereales para el desayuno, como parte de políticas públicas de salud.

También es importante mencionar que, aunque el ácido fólico natural se encuentra en alimentos vegetales, la forma sintética (ácido fólico) tiene una mayor biodisponibilidad, lo que significa que el cuerpo lo absorbe con mayor eficacia. Esto es especialmente relevante en suplementos y alimentos fortificados.

El concepto de ácido fólico en la prevención de enfermedades

El ácido fólico no solo es vital para el desarrollo fetal, sino que también desempeña un papel esencial en la prevención de enfermedades crónicas. La OMS ha integrado su suplementación en estrategias de reducción de la carga global de enfermedades no transmisibles. Un ejemplo es su contribución en la prevención de la anemia, especialmente en embarazadas y mujeres en edad fértil. La anemia durante el embarazo puede derivar en complicaciones como parto prematuro, bajo peso al nacer y riesgo de muerte materna.

Además, el ácido fólico interviene en el metabolismo de la homocisteína, un aminoácido que, en exceso, se ha relacionado con enfermedades cardiovasculares. La suplementación con ácido fólico puede reducir los niveles de homocisteína en sangre, lo que se traduce en un menor riesgo de accidentes cerebrovasculares y enfermedad coronaria. Por estas razones, la OMS lo incluye en programas de salud cardiovascular, especialmente en combinación con otras vitaminas del complejo B.

Recomendaciones de la OMS sobre ácido fólico en diferentes etapas de la vida

La OMS establece diferentes niveles de suplementación y recomendaciones según el grupo de riesgo:

  • Mujeres en edad fértil: 400 microgramos/día para prevenir defectos del tubo neural.
  • Embarazadas: 400-800 microgramos/día, dependiendo de factores como el historial familiar o la presencia de diabetes gestacional.
  • Niños y adolescentes: Se recomienda una dieta equilibrada rica en alimentos con ácido fólico para apoyar el crecimiento y desarrollo.
  • Adultos mayores: La suplementación puede ser útil para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

La OMS también recomienda la fortificación de alimentos en zonas con deficiencia generalizada, como parte de políticas públicas de salud nutricional. Esta estrategia ha demostrado ser eficaz en países como Estados Unidos, donde se ha observado una reducción significativa en los casos de espina bífida y anencefalia.

La importancia del ácido fólico en la salud global

El ácido fólico no es solo un nutriente esencial, sino una herramienta poderosa para mejorar la salud global. La OMS lo considera un componente fundamental en la lucha contra la desnutrición y las complicaciones del embarazo, especialmente en regiones con bajos recursos. En muchos países en desarrollo, donde el acceso a alimentos ricos en ácido fólico es limitado, la suplementación y la fortificación de alimentos se convierten en estrategias críticas para reducir la incidencia de defectos congénitos y anemia.

Además, el ácido fólico ha demostrado ser efectivo en la prevención de enfermedades cardiovasculares, lo que lo convierte en un nutriente clave en la prevención de enfermedades no transmisibles. La OMS trabaja con gobiernos y organizaciones para implementar políticas de fortificación y suplementación, con el objetivo de garantizar que toda la población tenga acceso a este nutriente vital.

¿Para qué sirve el ácido fólico según la OMS?

El ácido fólico cumple múltiples funciones esenciales en el organismo, según la OMS. Sus principales funciones incluyen:

  • Síntesis de ADN y ARN: Es fundamental para la división celular y el crecimiento.
  • Producción de glóbulos rojos: Ayuda a prevenir la anemia megaloblástica.
  • Regulación de la homocisteína: Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Prevención de defectos congénitos: Es vital durante el embarazo para el desarrollo del tubo neural.

En el contexto de la salud pública, la OMS destaca el ácido fólico como un nutriente preventivo clave. Por ejemplo, en programas de fortificación de alimentos, se ha visto cómo la suplementación con ácido fólico ha reducido significativamente la tasa de nacimientos con espina bífida y anencefalia en ciertos países.

Variantes del ácido fólico y su relevancia

La OMS también se refiere a las diferentes formas de ácido fólico que pueden encontrarse en suplementos y alimentos. La forma natural, conocida como folato, se encuentra en alimentos como las hojas verdes y legumbres. Sin embargo, la forma sintética, llamada ácido fólico, es la más común en suplementos y alimentos fortificados, debido a su mayor estabilidad y biodisponibilidad.

La OMS ha destacado que, en ciertos casos, como en personas con mutaciones genéticas del gen MTHFR, puede ser más efectivo consumir formas preactivadas del ácido fólico, como el 5-metiltetrahidrofolato (5-MTHF), que no requieren conversión en el cuerpo. Esta recomendación ha llevado a la inclusión de estos compuestos en suplementos específicos, especialmente en embarazadas con riesgo elevado.

El ácido fólico y su impacto en la salud materna y fetal

El ácido fólico tiene un impacto directo en la salud de la madre y del feto durante el embarazo. La OMS recomienda que las mujeres embarazadas o en edad fértil aumenten su ingesta de ácido fólico para prevenir defectos del tubo neural, como la espina bífida y la anencefalia. Estos defectos pueden ser graves y, en algunos casos, mortales, por lo que la suplementación es una medida preventiva fundamental.

Además, el ácido fólico ayuda a prevenir la anemia durante el embarazo, lo que reduce el riesgo de complicaciones como parto prematuro o bajo peso al nacer. En combinación con otras vitaminas como la B12 y el hierro, el ácido fólico forma parte de los suplementos prenatales recomendados por la OMS para garantizar una nutrición adecuada durante este periodo crítico.

¿Cuál es el significado del ácido fólico en la salud pública?

El ácido fólico no es solo una vitamina más, sino un pilar fundamental en la salud pública, especialmente en el contexto de la prevención de enfermedades. La OMS lo incluye en sus estrategias de nutrición para prevenir la anemia, los defectos del tubo neural y las enfermedades cardiovasculares. En muchos países, la suplementación con ácido fólico se ha integrado en programas nacionales de salud, lo que ha demostrado ser efectivo para reducir la incidencia de nacimientos con defectos congénitos.

Un ejemplo práctico es el de Estados Unidos, donde se implementó en la década de 1990 la fortificación obligatoria de harinas con ácido fólico. Este programa ha resultado en una disminución del 25 al 50% en los casos de defectos del tubo neural. Este éxito ha motivado a otros países a adoptar políticas similares, impulsadas por la OMS.

¿De dónde proviene el término ácido fólico?

El término ácido fólico tiene su origen en el latín *folium*, que significa hoja, debido a que fue aislado por primera vez de hojas de plantas. En 1941, Lucy Wills descubrió que cierto factor presente en las hojas ayudaba a prevenir la anemia en embarazadas. Posteriormente, en 1947, se le dio el nombre de ácido fólico en honor a esta fuente natural.

La OMS reconoce este origen histórico como parte de la evolución científica del conocimiento sobre la nutrición. Este descubrimiento marcó el inicio de una nueva era en la comprensión de los nutrientes esenciales para la salud humana, y desde entonces, el ácido fólico se ha convertido en un nutriente prioritario en la salud pública.

Formas alternativas de obtener ácido fólico

Además de los alimentos y suplementos, la OMS ha promovido la fortificación de alimentos como una estrategia eficaz para garantizar una ingesta adecuada de ácido fólico. En muchos países, la harina de trigo, el arroz y otros cereales son fortificados con ácido fólico, lo que permite a la población acceder a este nutriente sin depender exclusivamente de una dieta variada.

Otra forma alternativa es la suplementación farmacológica, que se prescribe especialmente para mujeres en edad fértil y embarazadas. La OMS también ha desarrollado guías para que los gobiernos implementen políticas de fortificación y suplementación basadas en la evidencia científica y en las necesidades específicas de cada región.

¿Cómo afecta el ácido fólico a la salud cardiovascular?

El ácido fólico tiene un impacto directo en la salud cardiovascular, principalmente a través de su función en la regulación de la homocisteína, un aminoácido que, en niveles altos, se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad arterial coronaria y accidentes cerebrovasculares. La OMS ha incluido el ácido fólico en programas de prevención de enfermedades cardiovasculares, especialmente en combinación con otras vitaminas del complejo B como la B12 y la B6.

Estudios han demostrado que la suplementación con ácido fólico puede reducir los niveles de homocisteína en sangre, lo que a su vez disminuye el riesgo de eventos cardiovasculares. Por esta razón, la OMS lo considera un componente importante en la estrategia global para reducir la carga de enfermedades no transmisibles.

¿Cómo usar el ácido fólico y ejemplos prácticos de uso?

El ácido fólico puede usarse tanto a través de la dieta como mediante suplementos. La OMS recomienda incluir alimentos como espinacas, lentejas, judías verdes y frutas cítricas en la dieta diaria. Para quienes necesiten una suplementación, la dosis típica es de 400 microgramos por día, especialmente para mujeres en edad fértil o embarazadas.

Ejemplos prácticos de uso incluyen:

  • Suplementación diaria: Tomar un suplemento de ácido fólico antes de intentar un embarazo.
  • Fortificación de alimentos: Consumir harinas o cereales fortificados con ácido fólico.
  • Dieta rica en folatos: Incorporar 1 taza de espinacas al día en la dieta.

En países con programas de fortificación, el consumo de estos alimentos fortificados es suficiente para garantizar una ingesta adecuada sin necesidad de suplementación adicional.

El ácido fólico y la salud mental

Aunque no es el enfoque principal de la OMS, hay estudios que sugieren una relación entre los niveles de ácido fólico y el estado de salud mental. La deficiencia de ácido fólico se ha asociado con síntomas de depresión, ansiedad y fatiga. La suplementación con ácido fólico, especialmente en combinación con otras vitaminas del complejo B, puede mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas depresivos.

La OMS ha reconocido esta relación en ciertos contextos, especialmente en mujeres embarazadas y en personas con riesgo de enfermedades mentales. Aunque no se incluye como una prioridad en las políticas de salud pública, se está investigando más sobre el papel del ácido fólico en la salud mental.

El ácido fólico y el futuro de la salud global

Con el avance de la ciencia nutricional, el ácido fólico sigue siendo un nutriente clave en la salud global. La OMS lo incluye en sus estrategias para reducir la carga de enfermedades no transmisibles, mejorar la salud materna y prevenir defectos congénitos. Además, con la creciente preocupación por la salud cardiovascular, el papel del ácido fólico en la regulación de la homocisteína se vuelve cada vez más relevante.

En el futuro, se espera que la suplementación y la fortificación de alimentos con ácido fólico se conviertan en parte integral de los sistemas de salud pública en todo el mundo. La OMS continúa liderando esfuerzos para garantizar que todos los individuos, especialmente las mujeres en edad fértil, tengan acceso a este nutriente vital.