Cuando se habla de entrenamiento físico, una de las preguntas más recurrentes es qué es mejor hacer primero abdominales o cardio. Muchos se preguntan si es más efectivo comenzar con ejercicios para el abdomen o con actividades aeróbicas como correr, andar en bicicleta o caminar. La respuesta no es única, ya que depende de los objetivos personales, la condición física actual y el tipo de ejercicio que se desee enfatizar. En este artículo exploraremos en profundidad las ventajas y desventajas de cada opción, cómo afectan al cuerpo y qué estrategias son más adecuadas según los objetivos de cada persona.
¿Qué es mejor hacer primero abdominales o cardio?
Elegir entre abdominales o cardio como inicio del entrenamiento depende fundamentalmente de lo que se busca lograr. Si el objetivo principal es quemar grasa, el cardio suele ser la mejor opción para comenzar, ya que eleva rápidamente la frecuencia cardíaca y el cuerpo comienza a utilizar el oxígeno para generar energía, lo que facilita la quema de calorías. Por otro lado, si el enfoque es fortalecer el núcleo, los ejercicios abdominales pueden ser más efectivos al principio, ya que se activan los músculos del centro del cuerpo, lo que ayuda a mantener la postura durante el resto del entrenamiento.
Un dato interesante es que, según un estudio publicado en el *Journal of Sports Science & Medicine*, realizar cardio primero puede mejorar la resistencia muscular durante los ejercicios posteriores, ya que el cuerpo ya está calentado. Sin embargo, si se hacen abdominales al inicio, la energía disponible es mayor y se pueden realizar con mayor intensidad, lo que puede resultar en un mejor desarrollo de los músculos abdominales.
También es importante considerar el estado de energía del cuerpo. Si entrenas por la mañana, tal vez sea mejor comenzar con ejercicios que exigen menos fuerza de voluntad, como el cardio. Por la tarde, cuando el cuerpo está más caliente, podrías priorizar los ejercicios abdominales. La clave está en experimentar y observar qué funciona mejor para ti.
La importancia de la secuencia en tu rutina de entrenamiento
La secuencia en la que realizas los ejercicios no solo afecta la eficacia del entrenamiento, sino también tu rendimiento y recuperación. Si comienzas con abdominales, podrías estar cansando tus músculos centrales antes de realizar otros ejercicios que requieren estabilidad y fuerza, como levantar pesas o hacer sentadillas. Por otro lado, si empiezas con cardio, podrías estar consumiendo gran parte de tu energía antes de abordar ejercicios de fuerza o resistencia.
Otra consideración es el tipo de persona que eres. Si eres principiante, quizás sea mejor comenzar con un calentamiento suave, como 5-10 minutos de cardio, para preparar tu cuerpo para ejercicios más intensos. Si eres avanzado y estás buscando un entrenamiento de alta intensidad, podrías optar por una rutina donde los ejercicios compuestos (como el press de banca o el peso muerto) vayan seguidos de abdominales, que funcionarían como ejercicios de acondicionamiento o finalización.
Además, el orden también puede influir en la percepción de dificultad. Si haces los ejercicios que te gustan menos al principio, podrías tener más energía y motivación para completarlos con mayor intensidad. En cambio, si los dejas para el final, podrías sentir que te quedas sin fuerza para terminarlos bien.
El impacto psicológico del orden de los ejercicios
Una variable que a menudo se subestima es el efecto psicológico que tiene el orden de los ejercicios. Si comienzas con algo que te resulta difícil o desagradable, como los abdominales, podrías sentir que el entrenamiento es más arduo y perder la motivación. Por el contrario, si comienzas con algo que disfrutas, como el cardio, podrías sentirte más animado y listo para seguir con el resto del entrenamiento.
Esto se relaciona con el concepto de umbral de motivación, que es la energía mental necesaria para comenzar una actividad física. Si el primer ejercicio es demasiado exigente, podrías sentir que te falta entusiasmo para continuar. Por eso, muchos entrenadores recomiendan comenzar con ejercicios de menor intensidad para calentar el cuerpo y la mente antes de pasar a lo más exigente.
Ejemplos prácticos de rutinas de entrenamiento
Para ayudarte a decidir qué hacer primero, aquí tienes algunas ejemplos de rutinas que puedes adaptar según tus objetivos:
Rutina 1: Cardio primero
- Calentamiento: 5 minutos de caminata suave.
- Cardio: 20 minutos de bicicleta o cinta.
- Ejercicios de fuerza: 3 series de 10 repeticiones de sentadillas, press de banca y peso muerto.
- Abdominales: 3 series de 15 repeticiones de plancha, flexiones de pierna y elevaciones de pierna.
Rutina 2: Abdominales primero
- Calentamiento: 5 minutos de estiramientos dinámicos.
- Abdominales: 3 series de 15 repeticiones de plancha, flexiones de pierna y abdominales inclinados.
- Ejercicios de fuerza: 3 series de 10 repeticiones de sentadillas, peso muerto y curl de bíceps.
- Cardio: 15 minutos de trote o cinta.
Rutina 3: Entrenamiento HIIT
- Calentamiento: 5 minutos de estiramientos y movilidad.
- HIIT: 30 segundos de sprint + 30 segundos de descanso (repételo 8 veces).
- Abdominales: 3 series de 15 repeticiones de plancha, flexiones de pierna y abdominales inclinados.
Cada una de estas rutinas tiene un propósito diferente: la primera se enfoca en la quema de grasa, la segunda en la fuerza y el desarrollo muscular, y la tercera en la mejora de la resistencia y la quema de calorías a alta intensidad.
La importancia de los objetivos en la planificación del entrenamiento
Tu objetivo final es el factor más importante a la hora de decidir qué hacer primero: abdominales o cardio. Si buscas quemar grasa, el cardio suele ser el más eficiente, especialmente si lo realizas en ayunas o al comienzo de la sesión. Si tu objetivo es aumentar la masa muscular o fortalecer el núcleo, los ejercicios abdominales pueden ser más efectivos al principio, ya que se activan con mayor intensidad cuando el cuerpo tiene más energía.
Otro concepto clave es el umbral de fatiga. Si haces cardio al inicio, es posible que termines la sesión con menos energía para realizar los ejercicios de fuerza, pero si lo dejas para el final, podrías no tener la resistencia necesaria para completar una buena sesión de cardio. Por eso, es fundamental conocer tu límite personal y ajustar la rutina en consecuencia.
También es útil considerar el tipo de cuerpo que tienes. Las personas con tendencia a almacenar grasa pueden beneficiarse más de comenzar con cardio, mientras que las que buscan desarrollar masa muscular pueden preferir comenzar con ejercicios de fuerza y terminar con cardio o abdominales.
5 ejercicios abdominales que puedes incluir en tu rutina
Si decides incluir abdominales en tu rutina, aquí tienes cinco ejercicios que puedes realizar para fortalecer tu núcleo:
- Plancha (Push-up Plank): Ideal para fortalecer todo el cuerpo y mejorar la postura.
- Flexiones de pierna (Leg Raises): Trabaja los rectos abdominales y requiere control de movimiento.
- Elevaciones de pierna (Hanging Leg Raises): Muy efectivas para el hipogástrio.
- Abdominales inclinados (Russian Twists): Trabaja los oblicuos y mejora la estabilidad del núcleo.
- Cruces de pierna (Flutter Kicks): Buena opción para ejercicios de alta repetición y estabilidad.
Incluir una combinación de estos ejercicios en tu rutina te permitirá trabajar diferentes áreas del abdomen y mejorar tu fuerza general.
La cuestión del orden según el tipo de entrenamiento
El orden en que realizas los ejercicios puede variar según el tipo de entrenamiento que elijas. Por ejemplo, si estás haciendo un entrenamiento de fuerza, es más eficiente comenzar con ejercicios compuestos como el peso muerto o la sentadilla, seguidos de ejercicios de aislamiento y terminar con abdominales. En este caso, el cardio puede hacerse al final como parte del acondicionamiento o incluso como parte de la recuperación.
Si tu rutina es de resistencia o quema de grasa, puede ser más efectivo comenzar con un calentamiento de 5-10 minutos de cardio, seguido de ejercicios de fuerza y terminar con abdominales. En este caso, los abdominales no son el enfoque principal, pero sirven para mejorar la estabilidad y la fuerza del núcleo.
En resumen, el orden debe ser flexible y adaptarse a tus objetivos, pero siempre manteniendo un equilibrio entre fuerza, resistencia y acondicionamiento.
¿Para qué sirve hacer abdominales o cardio primero?
La pregunta ¿para qué sirve hacer abdominales o cardio primero? no tiene una única respuesta, ya que depende del objetivo del entrenamiento. Si el propósito es quemar grasa, el cardio es más efectivo al comienzo, ya que el cuerpo está en ayunas o con bajo nivel de energía y comienza a utilizar grasa como combustible. Si el objetivo es fortalecer el núcleo, los abdominales son más adecuados al principio, ya que se pueden realizar con mayor intensidad cuando el cuerpo tiene más energía.
También hay que considerar el impacto en otros ejercicios. Por ejemplo, si haces abdominales primero, podrías mejorar tu estabilidad durante los ejercicios de fuerza posteriores. Si haces cardio primero, podrías mejorar tu resistencia y endurecer tu cuerpo para los ejercicios más intensos.
Alternativas a los abdominales y cardio para el entrenamiento
Si estás buscando variar tu rutina, existen muchas alternativas a los abdominales y el cardio que pueden complementar tu entrenamiento. Por ejemplo, puedes incluir ejercicios de circuito que combinen fuerza y resistencia, o probar entrenamientos de alta intensidad (HIIT) que mezclan ejercicios cortos y explosivos con descansos breves.
Otra opción es el entrenamiento funcional, que se enfoca en mejorar la movilidad, la fuerza y la estabilidad del cuerpo a través de ejercicios que imitan movimientos de la vida real. También puedes probar el entrenamiento con peso corporal, que no requiere equipos y se basa en ejercicios como flexiones, sentadillas y dominadas.
En lugar de hacer abdominales y cardio como única rutina, puedes explorar nuevas formas de entrenar tu cuerpo para mantenerlo interesado y motivado.
El papel del núcleo en el entrenamiento general
El núcleo, que incluye los músculos abdominales, el glúteo y la espalda baja, es fundamental para la estabilidad del cuerpo. Un núcleo fuerte mejora la postura, reduce el riesgo de lesiones y mejora el rendimiento en ejercicios de fuerza. Por eso, es importante incluir ejercicios abdominales en tu rutina, ya sea al inicio, en el medio o al final, dependiendo de tus objetivos.
Cuando se hace cardio primero, los músculos del núcleo están más activos durante los ejercicios posteriores, lo que puede mejorar la estabilidad y la fuerza general. Si se hacen abdominales primero, se fortalece el núcleo antes de realizar otros ejercicios, lo que puede mejorar la técnica y la eficacia de los movimientos.
En cualquier caso, el núcleo debe ser un foco constante en el entrenamiento para mantener un cuerpo fuerte, equilibrado y funcional.
El significado del orden en los ejercicios físicos
El orden en que realizas los ejercicios no es solo una cuestión de preferencia personal, sino que tiene un impacto real en tu rendimiento, recuperación y resultados. Si comienzas con ejercicios de alta intensidad, como el cardio o los abdominales, puedes mejorar tu resistencia y endurecer tu cuerpo para los ejercicios posteriores. Si comienzas con ejercicios de fuerza, puedes maximizar la fuerza y la energía disponibles para los movimientos más exigentes.
También es importante considerar el impacto en el sistema nervioso. Los ejercicios que requieren más concentración y control, como los ejercicios compuestos, deben hacerse cuando el cuerpo y la mente están más alertas. Por eso, muchos entrenadores recomiendan comenzar con ejercicios que exigen menos fuerza de voluntad, como el cardio, y terminar con ejercicios que requieren más concentración, como los abdominales o la fuerza.
¿De dónde viene la práctica de hacer cardio o abdominales primero?
La práctica de elegir entre hacer cardio o abdominales primero tiene raíces en la evolución del entrenamiento moderno. En los años 70 y 80, el cardio era el enfoque principal para la pérdida de peso, por lo que se hacía al inicio de las sesiones. Con el tiempo, a medida que se entendía mejor la fisiología del cuerpo, se introdujeron conceptos como la quema de grasa en ayunas y el entrenamiento HIIT, que cambiaron la forma en que se organizaban las rutinas.
Por otro lado, los abdominales comenzaron a ser más valorados en la década de 1990, cuando la cultura del fitness se enfocó en la estética y la fuerza del núcleo. Ahora, con el auge del entrenamiento funcional y el acondicionamiento físico integral, se entiende que ambos ejercicios tienen su lugar en la rutina y que el orden depende del objetivo del entrenamiento.
Alternativas modernas a los ejercicios tradicionales
Si estás buscando opciones más modernas que los abdominales o el cardio tradicional, existen muchas alternativas que pueden ayudarte a lograr tus metas de fitness. Por ejemplo:
- Entrenamiento funcional: Combina fuerza, movilidad y estabilidad en un solo entrenamiento.
- CrossFit: Combina ejercicios de fuerza, resistencia y acondicionamiento.
- Yoga o Pilates: Mejoran la flexibilidad, la fuerza y la conciencia corporal.
- Ciclismo indoor o spinning: Ofrecen una excelente quema de calorías y fortalecen las piernas.
Estas alternativas pueden ser integradas en tu rutina como complemento a los abdominales y el cardio tradicional, dependiendo de tus objetivos y preferencias.
¿Cómo afecta el orden de los ejercicios a la quema de grasa?
El orden de los ejercicios puede tener un impacto directo en la quema de grasa. Si comienzas con cardio, el cuerpo entra rápidamente en un estado de quema de grasa, lo que puede ayudarte a quemar más calorías en una menor cantidad de tiempo. Por otro lado, si comienzas con abdominales, el cuerpo está más centrado en la fuerza y la estabilidad, lo que puede ser menos efectivo para la quema de grasa.
Un estudio publicado en el *British Journal of Sports Medicine* mostró que hacer cardio al inicio de la rutina puede aumentar la oxidación de grasa durante el ejercicio y en las horas posteriores. Esto se debe a que el cuerpo utiliza el glucógeno almacenado al principio y luego pasa a utilizar grasa como fuente de energía.
Si tu objetivo principal es perder peso o quemar grasa, el cardio al inicio puede ser la mejor opción. Si tu objetivo es desarrollar fuerza o mejorar la estabilidad del núcleo, los abdominales pueden ser más efectivos al principio.
Cómo usar abdominales y cardio en tu rutina y ejemplos de uso
Incluir ambos ejercicios en tu rutina puede ser muy efectivo si lo haces correctamente. Aquí tienes algunos ejemplos de cómo integrarlos:
Ejemplo 1: Rutina de fuerza + cardio
- Calentamiento: 5 minutos de caminata o bicicleta.
- Fuerza: 3 series de 10 repeticiones de sentadilla, peso muerto y press de hombros.
- Abdominales: 3 series de 15 repeticiones de plancha, flexiones de pierna y abdominales inclinados.
- Cardio: 20 minutos de cinta o bicicleta.
Ejemplo 2: Rutina de quema de grasa
- Cardio: 20 minutos de trote o spinning.
- Ejercicios de fuerza: 3 series de 10 repeticiones de press de banca, sentadilla y curl de bíceps.
- Abdominales: 3 series de 15 repeticiones de plancha, Russian twists y elevaciones de pierna.
Estos ejemplos muestran cómo puedes combinar ambos ejercicios según tus objetivos. Lo importante es mantener un equilibrio entre fuerza, resistencia y acondicionamiento.
La importancia del descanso en la rutina de entrenamiento
Un aspecto a menudo olvidado es el descanso, que es fundamental para la recuperación y el crecimiento muscular. Si haces cardio o abdominales al inicio de la rutina, asegúrate de incluir descansos adecuados entre los ejercicios para evitar la fatiga prematura. Por ejemplo, entre series de abdominales, puedes descansar 30-60 segundos, y entre ejercicios de fuerza, 60-90 segundos.
También es importante descansar al menos un día entre entrenamientos intensos, especialmente si estás trabajando los mismos grupos musculares. El descanso permite que los músculos se recuperen y crezcan, lo que es esencial para lograr resultados a largo plazo.
Errores comunes al planificar el orden de los ejercicios
Al planificar el orden de los ejercicios, es fácil caer en algunos errores comunes:
- No considerar tus objetivos: Si no sabes lo que quieres lograr, es difícil decidir qué hacer primero.
- No adaptar la rutina a tu nivel de condición física: Lo que funciona para un atleta puede no ser adecuado para un principiante.
- Hacer los ejercicios más difíciles al final: Si dejas los ejercicios más exigentes para el final, podrías no tener suficiente energía para realizarlos correctamente.
- No incluir un calentamiento adecuado: Un calentamiento insuficiente puede aumentar el riesgo de lesiones.
Evitar estos errores te permitirá diseñar una rutina más efectiva y segura.
INDICE